EDITORIAL (por Adrián Streit) La problemática de la actividad privada

“Los incomprendidos”
Se insiste en intentar que el resto de la sociedad logre empatizar con quienes trabajan por cuenta propia, sin embargo es notable como esta sintonía no llega a darse de manera comprensible y mucho menos a percibirse alguna mínima intención en tal sentido. Quienes cuentan con la certeza cada mes de contar con un sueldo seguro, ya sea bajo o alto, no llegan a consustanciarse con quienes por su cuenta y con su propio capital deben salir a la calle arriesgándose cada día a ganarse el mango.
El riesgo constante propiciado y ocasionado a causa de la impericia y la corrupción de los diferentes gobiernos durante los últimos 40 años fue haciendo cada vez mas vulnerables a quienes trabajan de manera independiente o dependen del trabajo que les ofrezce la actividad privada ya que la misma se encuentra atacada y asechada por las consecuencias de todas las medidas de gobierno que van resultando en su contra a modo de dardos envenenados.
La tenacidad de los emprendedores argentinos muchas veces es de destacar pues el contexto es, hacia ellos, de permanente impedimentos y trabas innumerables, como así la cantidad de impuestos superpuestos que en lo impagables que resultan van generando una cantidad de moratorias y planes de cuotas que terminan impregnando y contaminando dramáticamente la rutina del trabajo diario.
Trabajo que no se hace es trabajo que no se cobra. Día perdido por feriado es día que no se produce y no genera ingresos. Desde ya que no existen las vacaciones pagas ni existe que haya algún tipo de cobertura económica a causa de una enfermedad o alguna cuestión familiar.
En cada huelga y cada paro o cada corte de rutas o calles, que afectan a quienes salen a laburar por su cuenta, se trata de consustanciarlos para lograr apoyo en sus reclamos, sin embargo el sector privado y de trabajadores independientes no parece notar ser comprendido pues en ninguno de todos los reclamos estatales -ni en la fuerza de sus gremios- se ha visto incluida la petición de baja de impuestos y trabas que van surgiendo en cada recoveco de trámites que deben realizar quiénes no cuentan con la bendición, el monopolio de la fuerza y la imposición del Estado.
Yo creo que el desafío más allá de la famosa y supuesta grieta partidaria e ideológica, es encontrar caminos de convergencia y empatía entre los diferentes sectores de la sociedad, hoy verdaderamente “agrietados” por las diferencias contrastantes entre la seguridad que arroja el paraguas del Estado y la inseguridad que amenaza constantemente a quiénes perciben a el Estado, y a las medidas que se van tomando, como agresiones permanentes que se van sumando para embarrarles aún más su porvenir y perspectivas.
La gran pregunta es si a futuro podrá darse, al madurar resignando sus egoísmos y ambiciones nuestros gobernantes, presenciar el comienzo de un camino que tienda a reparar todas y tantas injusticias que una tras otra van cayendo sobre el lomo de tantos argentinos que salen cada día a ganarse el mango para vivir contra viento y marea.