EDITORIAL (por Adrián Streit) LAS TOMAS DE TIERRAS

¿Que nos pasa con las tomas y las ocupaciones?:

La comunidad se hace esta pregunta como en forma de queja, o de manera de reclamo al Estado o a los políticos o a quien sabe. La autocrítica constructiva hacia adentro, en la misma sociedad, es como que no aparece, brilla por su ausencia. Al menos en El Bolsón la comunidad no ha sabido valorar ni presionar lo suficiente, entre otras cosas, por la aplicación de nuestra Carta Urbano Ambiental. Lo único que viene sucediendo es que por oleadas catárticas, ante cada coyuntura, aparecen reclamos al viento de manera imperativa y aisladamente. Aunque los hilos conductores de estos esfumados reclamos van por distintas líneas son básicamente 2 o tres, y son coincidentes entre sí: Que hay complicidad de la política, pues la luz verde para las tomas la dan algunos políticos corruptos o captadores de votos, o que se da indefectiblemente ante la desesperación por falta de respuesta de los diferentes gobiernos de turno debido a la necesidad de la gente humilde sin recursos suficientes para comprar terreno y así acercarse conseguir su lugar propio y con ello su vivienda.

Sin duda que en todos los casos es claro que el Estado no ha dado respuestas de máxima pero lamentablemente se coincide en que tampoco las ha dado de mínima (ni siquiera hay listados de familias en prioridad organizados por algún ente oficial). Tampoco los terrenos fiscales provinciales o nacionales se encuentran detallados a disposición de la comunidad a efectos de que, aquellas personas o familias que precisen ver dónde ubicarse, tengan allí una oportunidad de elegir o luego anotarse en algún listado provisto por el mismo Estado, ya sea municipal, provincial o nacional. Ni siquiera eso! Esto sería lo ideal o quizás lo aceptable o tal vez serviría para minimizar las controversias entre vecinos y ampliar los consensos en solidaridad con quienes precisan un lugar para vivir. Pero no, pedir un Estado que se haga cargo y sepa cómo organizar esto en argentina es exponerse a que alguien nos diga “flaco esto es Argentina no Suiza”

Por otra parte como intuyendo cuál realidad se venía acercando, hacia dónde se iba dirigiendo nuestro crecimiento poblacional en La Comarca, un grupo de entidades intermedias y juntas vecinales de El Bolsón con apoyo y financiamiento del Estado Provincial, aproximadamente 10 años atrás, han gestionado y producido La Carta Urbano Ambiental de El Bolsón. Nuestras diferentes gestiones municipales se han dado el lujo, luego de tanto gasto, esfuerzo e inversión, de ignorarla o al menos no reglamentarla y por ende la misma no se aplica. Muy probablemente, de haberse reglamentado y aplicado, esta norma nos estaría dando mucho más que un marco legal para evitar o minimizar la posibilidad de estas tomas desorganizadas, caóticamente surgidas.

En resumen cabe preguntarse si, aun tardíamente, no sea este un buen momento para plantearse, sin más pérdidas de tiempo y recursos, un plan Comarcal en donde todos nuestros municipios tanto de El Bolsón como así conjuntamente los del Noroeste de Chubut puedan generar un espacio de planificación común a efectos de considerar generar bases y marco adecuado regulando con ello las formas aptas y convenientes para nuestros próximos años en crecimiento demográfico.

No cabe duda que una solución a la ocupación de tierras, quizás tomando como parte de ello a La Carta Urbano Ambiental de El Bolsón y a la vez de manera planificada organizada o articulada con los demás municipios de la zona, pueda verse como algo utópico o imposible de darse en nuestro país que es Argentina y no Suiza. En mi opinión, capaz ilusa, vale planteárselo e intentarlo, no solo para evitar el caos medioambiental de nuestro desarrollo sino que además, de lograrlo, podríamos ser faro para el resto de nuestro país. Sin duda que con ello además de crecer en armonía también estaríamos sumando a nuestros intentos de reforzar nuestra economía, incentivando entre otras cosas, una mayor atracción turística.