¿Armando conciencia o consolidando las disidencias que nos separan?
¿Que quiere la Comarca?
Por un lado en esta comarca veníamos, no sin forcejeos, definiendo qué queríamos y hacia dónde íbamos.
Hubo muchos años en donde desde algunas ínfimas minorías se intentaba explicar al conjunto de la sociedad la necesidad de que sus referentes políticos (su dirigencia en gral) comprendieran la importancia de definir un rumbo, un objetivo que identificara las motivaciones y conveniencias para los habitantes de la región. O sea entender primero nosotros cuál es el perfil necesario para darle a nuestro crecimiento y para con ello planear los incentivos, es decir los estímulos necesarios que hacia ello orienten.
No es un detalle menor pretender que nuestros gobiernos municipales y provinciales tengan que avenirse a que las políticas que se vayan impulsando se definan en base a los objetivos de la gente a quiénes se supone que representan. Para ello nuestra comunidad tiene que saber de antemano lo que quiere, para luego con ello salir a consustanciar al poder político a efectos de que lo entienda y lo vea.
Mientras ello no suceda seguiremos viendo, como hasta ahora, muchas formas subrepticias -no casuales- de luchas de poderes regionales o locales y cómo con ello se va desdibujando y se va dilapidando el esfuerzo de quienes en cada día en su actividad privada vienen invirtiendo tiempo, dinero y esperanza...
Aleatoriamente nuestro destino de crecimiento se va decidiendo desde cada municipio y desde cada provincia en donde los gobernantes de turno, a veces influenciados por su propia idea de suponer estar interpretando lo que el pueblo quiere y necesita, pero la mayoría de las veces manipulados por lobbyes, van tomando decisiones en donde claramente se evidencia que no responden a una política de Estado que haya sido pre definida por la gente.
Definirnos y decidirnos a entender qué queremos, qué nos conviene y cómo luego explicarlo, para exigir en base a ello un rumbo, es una ardua tarea. Indudablemente hacerlo o no marca una diferencia en los resultados a obtenerse.
Elegir esa "ardua tarea" para este aqui y ahora o más tarde tener que avenirnos a resolver la situación resultante por no haberlo hecho en tiempo y forma, obligará a encararlo a regañadientes probablemente entonces, con el jarrón hecho añicos. No quedará otra alternativa que recauchutarlo como entonces se pueda y obviamente se va a notar o probablemente ya no tenga arreglo, excepto que sigamos apoyando esta idea infantil, también subyacente, de que dios es argentino.
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