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Editorial: Mi patria en un sueño (por Adrián Streit).

Desperté como en un sueño –en conciencia de mi país, de mi gente, de nuestros problemas- alli me resultaba imperioso encontrar una manera de decir lo obvio, lo que todos sabemos o sea aquello que nuestra inteligencia emocional, más allá de los pretextos del ego, sabe que es la pura verdad, lo tan cierto como indecible. Para ello solo se me ocurrió una idea que, como en los sueños, suele sonarnos a gran descubrimiento. Imaginaba un dibujo o una pintura o una caricatura o una obra de arte que pudiera representar lo que yo quería decir a mi gente, a mi país.. De ahí surgió la estrategia utópica, creo, de encontrar un artista capaz de producir/crear una imagen muy especial que al exhibirla lograse mostrar con elocuencia los argumentos que nos den cuenta de nuestros recurrentes callejones sin salida.
En mis sueños busqué y encontré a ese artista ideal capaz de resolver mi encargue, lo contacté y así –en mis sueños- se lo expliqué.
Había que dibujar una olla muy grande, muy transparente en donde pudiera verse introducir a todo el territorio argentino con sus mares y sus ríos, con sus ciudades y sus pueblos, con sus campos y sus edificios. Llenarlo con agua y por dentro sumergir a nuestra querida argentina. Disponer, bajo ese recipiente, una gran hornalla con gas natural. Por fuera, al lado de la hornalla lista a ser encendida para calentar lentamente el recipiente, un político gobernante representante de cualquiera de los ambos lados de la grieta consiguiendo un fósforo, junto a él otro político, en este caso representante del otro lado de la grieta abriendo el grifo para el paso del gas.
Habiendo entre ambos procedido a encender la hornalla, un calor suave comenzaría a acariciar con agradable temperatura al contenido del recipiente templando lentamente nuestro amado y aclamado territorio, en él nuestras riquezas.
Este espectáculo debía estar viéndose desde afuera gracias a la transparencia del recipiente y desde ya, respondiendo a nuestro estilo fanático argentino, siendo aplaudido por multitudes mirando mientras cada gobernante en sus convicciones más íntimas entendía que con ello no solo estaban templando el agua, sino que además, picarezcamente y no sin malicia, hirviendo lentamente a sus oponentes, a quienes entendían haberlos dejado dentro de la olla.
Por otra parte quienes se encontraban allí afuera en complicidad, viendo el espectáculo neronezco/dantesco, aplaudían, ovacionaban y festejaban.
A medida que la hornalla iba subiendo la temperatura, todos allí afuera iban despertando del sueño en el que sin saberlo ellos mismos se encontraban.
Tanto quienes aplaudían viéndose a si mismos en la tribuna aplaudiendo como así también cada gobernante de cada bando enemigo, se fueron dando cuenta que dentro del mapa, dentro del territorio y dentro del recipiente ya muy pero caliente, a punto de comenzar a hervir estaban todos y muy juntos, como hermanos. Nadie había quedado afuera.
Despertando vieron que todos estaban dentro de la misma olla, también dentro del mismo territorio, la gente, los pobres y los ricos, también las víctimas de la política y sus victimarios... No había tribunas, no había grietas, no había bandos, no había ciudadanos esclavos pagando impuestos ni políticos queriendo llegar a un cargo para decretarse a sí mismos sus propios enriquecimientos. Pero ya era tarde.

Editorial (por Adrián Streit)
Desperté como en un sueño –en conciencia de mi país y de nuestros problemas- en donde me resultaba imperioso encontrar una manera de decir lo obvio, lo que todos sabemos o sea aquello que nuestra inteligencia emocional, más allá de los pretextos del ego, sabe que es la pura verdad, lo cierto, lo tan cierto como indecible. Para ello solo se me ocurrió imaginar un dibujo o una pintura o una caricatura o una obra de arte que pudiera representarlo. De ahí surgió la idea utópica, creo, de encontrar un artista capaz de producir/crear una imagen muy especial, que al exhibirla lograse mostrar con elocuencia los argumentos que nos muestren nuestros recurrentes callejones sin salida.
En mis sueños encontré a ese artista ideal capaz de resolver mi encargue, lo contacté y así –en mis sueños- se lo expliqué.
Había que dibujar una olla muy grande y transparente en donde pueda introducirse a todo el territorio argentino con sus mares y sus ríos, con sus ciudades y sus edificios, con sus campos y sus montañas. Llenar con agua esa olla gigante y por dentro sumergir a nuestra querida argentina. Disponer, bajo el recipiente, una gran hornalla con gas interminable. Por fuera al lado de la hornalla lista a ser encendida para calentar lentamente el recipiente, un político gobernante representante de cualquiera de los ambos lados de la grieta consiguiendo un fósforo junto a otro político también, en este caso, representante del otro lado de la grieta abriendo el grifo para el paso del gas.
Habiendo entre ambos procedido a encender la hornalla, un calor suave comenzaría a acariciar con agradable temperatura, templando lentamente nuestro amado y aclamado territorio y en él nuestras riquezas. Este espectáculo debía estar viéndose desde afuera gracias a la transparencia del recipiente y desde ya, respondiendo a nuestro estilo fanático argentino, aplaudido por multitudes mirando mientras cada gobernante en sus convicciones más íntimas entendía que con ello no solo estaban templando el agua, sino que además hirviendo lentamente a sus oponentes, a quienes entendían habían dejado dentro junto a nuestro mapa. Por otra parte quienes se encontraban allí afuera viendo el espectáculo neronezco-dantesco aplaudían, también así lo entendían, ovacionaban y festejaban.
A medida que la hornalla iba subiendo su temperatura todos allí afuera iban despertando del sueño en el que sin saberlo ellos mismos se encontraban. Tanto quienes aplaudían viéndose a si mismos en la tribuna aplaudiendo como así cada gobernante de cada bando enemigo se dieron cuenta que dentro del mapa, dentro del territorio ya muy caliente a punto de comenzar a hervir estaban todos dentro y juntos. Todos dentro de la misma olla, también el territorio, también la gente, también los pobres y los ricos, también las víctimas de la política y sus victimarios No había tribunas, no había grietas, no había bandos, no había ciudadanos esclavos pagando impuestos ni políticos queriendo llegar a un cargo para decretarse a sí mismos sus propios enriquecimientos. Pero ya era tarde.

¿Armando conciencia o consolidando las disidencias que nos separan?

¿Que quiere la Comarca?

Por un lado en esta comarca veníamos, no sin forcejeos, definiendo qué queríamos y hacia dónde íbamos.
Hubo muchos años en donde desde algunas ínfimas minorías se intentaba explicar al conjunto de la sociedad la necesidad de que sus referentes políticos (su dirigencia en gral) comprendieran la importancia de definir un rumbo, un objetivo que identificara las motivaciones y conveniencias para los habitantes de la región. O sea entender primero nosotros cuál es el perfil necesario para darle a nuestro crecimiento y para con ello planear los incentivos, es decir los estímulos necesarios que hacia ello orienten.
No es un detalle menor pretender que nuestros gobiernos municipales y provinciales tengan que avenirse a que las políticas que se vayan impulsando se definan en base a los objetivos de la gente a quiénes se supone que representan. Para ello nuestra comunidad tiene que saber de antemano lo que quiere, para luego con ello salir a consustanciar al poder político a efectos de que lo entienda y lo vea.
Mientras ello no suceda seguiremos viendo, como hasta ahora, muchas formas subrepticias -no casuales- de luchas de poderes regionales o locales y cómo con ello se va desdibujando y se va dilapidando el esfuerzo de quienes en cada día en su actividad privada vienen invirtiendo tiempo, dinero y esperanza...
Aleatoriamente nuestro destino de crecimiento se va decidiendo desde cada municipio y desde cada provincia en donde los gobernantes de turno, a veces influenciados por su propia idea de suponer estar interpretando lo que el pueblo quiere y necesita, pero la mayoría de las veces manipulados por lobbyes, van tomando decisiones en donde claramente se evidencia que no responden a una política de Estado que haya sido pre definida por la gente.
Definirnos y decidirnos a entender qué queremos, qué nos conviene y cómo luego explicarlo, para exigir en base a ello un rumbo, es una ardua tarea. Indudablemente hacerlo o no marca una diferencia en los resultados a obtenerse.
Elegir esa "ardua tarea" para este aqui y ahora o más tarde tener que avenirnos a resolver la situación resultante por no haberlo hecho en tiempo y forma, obligará a encararlo a regañadientes probablemente entonces, con el jarrón hecho añicos. No quedará otra alternativa que recauchutarlo como entonces se pueda y obviamente se va a notar o probablemente ya no tenga arreglo, excepto que sigamos apoyando esta idea infantil, también subyacente, de que dios es argentino.

Callarse como siempre o mostrarse como corresponde

UN SECTOR EN LAS SOMBRAS
El pequeño comerciante o quienes por cuenta propia producen o dan servicios en variedad y a pequeña escala (sin contar con una gran empresa o ni siquiera con una pyme) no llegan a autovisibilizarse de una forma tal que los ponga en la convicción de la necesidad de realizar una campaña de búsqueda a efectos de lograr alguna forma de verse representados de una manera fuerte y contundente (lo que sí hacen prácticamente todos los demás sectores de esta sociedad) como para lograr en principio ser visibilizados por el resto de la sociedad y, luego con ello logrado, empezar a andar un camino –hoy impensado- conducente a poder golpear el puño sobre la mesa de alguien con oídos y así dejar abiertos canales de negociación y reclamo de su permanente castigado y amordazado sector ante las autoridades de los diferentes estamentos del Estado como asi empezar a obligar (sin margen de seguir esquivando) a que diputados, senadores, jueces, y gobernantes los tengan en cuenta y seriamente metidos –como a los demás sectores- en la piel de la agenda a la hora de tomar acciones que son de interés de todos y que por ende a todos conciernen siendo que además por su ineficiencia histórica, en argentina, suelen ser en perjuicio de todos. El agravante es que a este sector se lo viene ninguneando o desconociendo y en el mejor de los casos saraseando o dando promesas incumplidas de que habrá medidas para compensarlos o atenuar los efectos de tal o cual situación.
Por demás está analizar de quiénes o el porqué de la conveniencia de tal invisibilidad o de tal omisión a la hora en que desde los diferentes gobiernos se toman acciones tendientes a atenuar efectos adversos de tal o cual coyuntura (siendo agravante que la mayoría de las desgracias económicas que reiteradamente afectan a la sociedad argentina son consecuencia de los sucesivos malos gobiernos que venimos padeciendo más la falta de inspiración de funcionarios más la corrupción y/o connivencia de sectores sindicales, bancario y toda clase de multinacionales con influencia en nuestro congreso, en nuestra justicia o, de alguna manera, en cada gobierno de turno)
En resumen cada quien elige si esta nota tiene o no alguna clase de utilidad para una toma de conciencia que pueda llegar a resultar en algo más que una aspirina o catarsis en la vida del cuentapropista y comerciante argentino. Mal no estaría que una semilla de conciencia y lucha prendiera en nuestra querida Comarca Andina como para extenderse y contagiar a tantos argentinos independientes golpeados e insultados por los efectos de la no correspondencia que se viene padeciendo entre lo que se da y lo que se recibe.

EDITORIAL TERMINANDO FEBRERO 2020

PARA TOMAR EN CUENTA A FUTURO
COMPRENDER UNA GRAN TEMPORADA TURISTICA ES OBLIGACION DE TODOS LOS SECTORES.

Indudablemente nos encontramos saliendo de una temporada turística de envergadura importante y positiva para la zona pero a la vez para todo el país. O sea no tenemos que entender que este fenómeno nacional particularmente haya sido una exclusividad de El Bolsón y La Comarca.

Desde ya que nuestro sector turístico junto a toda la periferia comercial que gira alrededor del oxígeno económico que alimenta la economía regional propagándola a toda la comunidad venía sosteniéndose con un respirador artificial basado en la disminución de sus stocks o de un importante endeudamiento, es decir perdiendo dinero y salud. Quienes lograron subsistir todo el invierno de 2019 sin tener que cerrar sus puertas encontraron, seguramente tras el resultado de la reciente temporada, reposicionarse sicológica y económicamente con alguna expectativa esperanzadora conducente a encarar la nueva temporada otoño invierno primavera con la ilusión y la apuesta a no cerrar sus puertas.

Tras esta descripción tan general e indisimulada como a la vez poco comprensible desde el sector público solo queda rezar para que los distintos sectores de gobierno comprendan que así como al salir del 2019 no existió asistencia económica y financiera para compensar al sector privado tras la pérdida ocasionada tras la ausencia del 85% de turistas visitantes, ahora no se pretenda engrosar la presión tributaria por encima de la actual ya que de por si no solo resulta injusta e insensible sino que es claramente desproporcionada y desalentadora.

El impacto al comercio, al cuentapropismo y a la actividad privada en La Comarca.

Atràs quedò el paupèrrimo verano 2019 pero no las consecuencias ocasionadas a quiénes no gozan de un sueldo del Estado o de un Banco o de una importante empresa monopòlica.
Desde ya que, ante el resultado de una temporada turística económicamente catastrófico, brillan por su ausencia señales que puedan estar indicando que esta situación (y sus alcances) haya podido ser dimensionada por quiénes se encuentran a cargo del Estado. Seguramente de algún alivio sería que los vecinos estuvieran percibiendo acciones que lograsen infundir esperanza, es decir que las familias afectadas en su actividad privada y sus inversiones pudieran notar que las autoridades se han dado por enteradas y en base a ello haber planificado de qué manera han decidido acompañar y no en cambio estar dejando la desamparante sensación de que su rol y todas sus obligaciones se hayan reducido simplemente a obtener indexada su recaudación. En el actual contexto ésta omisión termina por conducir a mucha gente y a muchas familias hacia el abismo psicológico y económico donde la caída resulta en pérdidas de fuentes de trabajo de los mismos emprendedores y/o de sus empleados.
Cabe preguntarse si las diferentes autoridades no han llegado a dimensionar las consecuencias ocasionadas por la baja resultante de una temporada, en nuestra Comarca, cuya afluencia turística ha mermado entre el 80 y el 90 por ciento o si probablemente el comercio junto a todo su colectivo de prestadores no ha sabido explicar ante los referentes de la política, el contundente daño sufrido por cada familia de cuentapropistas de la región.

por Adrián Streit:

Brillante ausencia ante pérdidas por Hanta

El efecto difusón del Hanta y su impacto al comercio, al cuentapropismo y a la actividad privada en La Comarca.

Atràs quedò el económicamente inexistente verano 2019 pero no las consecuencias ocasionadas a quiénes no gozan de un sueldo ya sea del Estado o de un Banco o de una importante empresa monopòlica.
Desde ya que, ante el fracaso de la temporada turística, brillan por su ausencia señales que puedan estar indicando que esta situación (y sus alcances) haya podido ser dimensionada por quiénes se encuentran a cargo del Estado. Seguramente de algún alivio sería que los vecinos estuvieran percibiendo acciones tendientes a infundir esperanza, es decir que las familias afectadas en su actividad privada y sus inversiones pudieran notar que las autoridades se han dado por enteradas de lo sucedido y en base a ello haber planificado de qué manera han decidido acompañar con alguna clase de medida compensatoria y no en cambio estar dejando la desamparante sensación de que su rol y todas sus obligaciones se hayan reducido simplemente al cuidado de obtener indexada su recaudación tributaria.
En el actual contexto esta omisión termina por conducir a mucha gente y a muchas familias hacia el abismo emocional y económico donde la caída resulta en pérdidas de fuentes de trabajo de los mismos emprendedores y/o de sus empleados.
Cabe preguntarse si las diferentes autoridades no han llegado a dimensionar las consecuencias ocasionadas por la baja resultante de una temporada, en nuestra Comarca, cuya afluencia turística ha mermado entre el 80 y el 90 por ciento o si probablemente el comercio junto a todo su colectivo de prestadores no ha sabido explicar ante los referentes de la política, el contundente daño sufrido por cada familia de cuentapropistas de la región.

.......por Adrián Streit:

EDITORIAL "Entre la libertad y la circulacion vial"

"O te parte la realidad o te fractura el auto la loma de burro"
Para circular por nuestras calles y rutas es tarea indudablemente complicada, la del Estado, compatibilizar las necesidades de todos, es decir conductores experimentados, conductores jòvenes, conductores responsables y conductores descontrolados
Es al menos arbitrario la medida tomada por las diferentes administraciones debido a la abrumadora inclusiòn de reductores de velocidad por los diferentes puntos de acceso y de circulaciòn tanto dentro como fuera de las ciudades. Discutible al menos serìa la necesidad de consensuarlo y que no termine (como hasta ahora) resultando de la decisiòn arbitraria de cada administrador de turno. Habrìa al menos bastante para conversar acerca de porquè los conductores responsables, quienes respetan normas y cartelerìa de reducciòn de velocidad, tienen que verse afectados por una cantidad de lomas de burro siendo que ademàs, muchas de ellas, son de esa calidad de tipo barra durìsima amarilla -destructora de suspensiones y deformadoras cubiertas- que deterioran la amortiguaciòn y el sistema de tren delantero y trasero de nuestros vehìculos sin que nadie -a la hora de resolver las roturas- se solidarice con los conductores que con propio esfuerzo mantienen el costo de sus unidades en buen estado dia tras dia.
Por otra parte cabe señalar que, sin duda alguna, un conductor experimentado puede perfectamente ir conduciendo mientras en su mente pueden ir brotando ideas -si es que se quiere aceptar plantear ello sin mentirnos- a la vez inmersos en un estado que simultaneamente nos permite ir organizandonos dentro de un fluir de pensamientos y en donde claramente existe algo de vuelo creativo. Sin embargo, cada vez que uno logra algo de ello, algo de paz, algo de tranquilidad y sintonìa en etas cuestiones tan personales como indescriptibles, viene la gran sorpresa de que nos estamos tragando (morfando) una loma de burro que no solo parte al medio nuestro vehìculo sino que a la vez nos pone a darnos cuenta que como sociedad no estamos permitiéndonos ningùn espacio para fluir y respirar.
Hay una pregunta que me resulta fundamentalmente ya que va respecto de la calidad de vida que nos vamos a ir recetando o imponiendo, pues creemos ir mereciendo en cuanto a nuestros intereses comunes, que resulta en un fuerte cuestionamiento en el sentido de plantearnos hasta donde seremos capaces de avanzar en el sentido de continuar menospreciando nuestras libertades. Realmente me lo pregunto cada dìa al ver còmo, entre otras cosas, nos la pasamos haciendo fila para pagar cuentas desmedidamente aumentadas o para la espera en hilera interminable del Banco en donde cuentan con guardias entrenados y atentos, a que mientras estamos esperando ser atendidos, no podamos contar siquiera con la libertad de enviar un mensaje de texto o contestar nuestros telefonos celulares... en fin la lista de injusticias que nos vamos masticando sin digerir a diario es interminable. Dado ello voy a considerar que la cuestiòn està planteada a efectos quizas de permitirnos refexionar acerca de, si ademàs de brindarnos cada uno a si mismo la libertad interna que cada quien estima merecer, no podrìamos estar tambièn atentos a valorarlo desde las normas y desde los espacios fèrtiles que ellas vayan generando, quizas lograr un efecto mas relajado, mas respirable con más ganas de sonreir.

Nuestra vulnerabilidad frente al turismo

La vulnerabilidad de El Bolsón y La Comarca Andina”
“NOS DEBEMOS ANALIZAR Y REFLEXIONAR ACERCA DEL ELEVADO Y EVIDENCIADO NIVEL DE SENSIBILIDAD QUE PADECEMOS EN CUANTO A LOS FACTORES QUE VIENEN HIRIENDO AL DESARROLLO DE NUESTRA INDUSTRIA TURISTICA Y CON ELLO EMPOBRECIENDO LA ECONOMIA REGIONAL Y LAS FUENTES DE TRABAJO”
En un rápido repaso de nuestra historia como destino turístico vemos claramente que, en cuanto a los rendimientos objetivamente esperados durante los últimos 25 o 30 años para cada una de las diferentes temporadas turísticas con su posterior resultado, solemos caer cada año en la tentación de lanzar una especie de veredicto que podríamos sintetizarlo en esta frase (palabra mas o palabra menos) “todo pintaba bien pero otra vez sucedió algo que nos terminó perjudicando la temporada”… La pregunta que prosigue sería: ¿Sucede algo tan tremendo, tan nocivo realmente o nosotros nos prestamos como vehículo para que ello suceda? Obviamente que no vamos a poder en la mayoría de los casos evitar ser alcanzados por fenómenos y circunstancias de orden nacional o mundial, pero sí en cambio, quizás, analizar que en algunas condiciones que afecten (en Argentina hay muchas) la economía nacional, podamos adelantarnos y utilizarlas a nuestro favor para con cada fenómeno intentar al menos captar turismo que nos permita mejorar los rendimientos económicos de las distintas temporadas o al menos minimizar sus efectos negativos.
Todo lo antedicho, llamativamente parece no ser suficiente motivo aún para que nuestra comunidad salga de su masoquista zona de confort y se aboque a realizar trabajos de consenso previos a cada verano. Obviamente ahora no contamos con estrategias que nos ayuden y por consiguiente quedamos expuestos en la previa a cada temporada al fantasma de “¿qué nueva calamidad es lo que ahora va a suceder?”.
En cuanto nos vayamos dando cuenta y nos pongamos en marcha, trabajando seria y maduramente de manera creativa previo a cada temporada, antes iremos sumando experiencias que nos mejoren rentabilidad o al menos atenúen o minimicen aquellos efectos que alternativamente venimos sufriendo.
Intentando salir del dramatismo o de una mirada recurrentemente pesimista debido a esa sensación tan popular, tan escuchada, tan pensada por tanta gente, de que “todo nos pasa a nosotros” nos daríamos cuenta de que no siempre pasa algo que nos arruina la temporada sino que a veces no pasa nada raro y todo sale mas o menos bien. Dado ello entonces podríamos remplazar aquella expresión por otra que sea más objetiva o más acertada o menos dramática que diga: “muy seguido sucede algo, en el verano o previamente, que nos implica la merma o el fracaso de los ingresos por turismo”
Comparativamente si analizáramos a otras regiones que cuentan al turismo como recurso económico central, como nosotros, veríamos que sus niveles de vulnerabilidad son mucho más bajos que los nuestros.
Interesante sería ensayar al azar y pensar cuáles fenómenos atípicos o no buscados podrían acontecerles particularmente a otras regiones del país, por ej a Mar del Plata, la Costa Atlántica, Las Grutas, Sierras de Córdoba, Jujuy, Mendoza, Bariloche etc. Si bien puede ser que en alguna temporada en particular a ellos también les trascienda alguna calamidad o catástrofe, su falta de recurrencia de fracasos temporada tras temporada, hace suponer que allí los diferentes sectores sociales manejan algún tipo de “acuerdo social” por el cuál se protegen de ser blanco de los posibles y variados tipos de boicot (o auto boicot) que hoy en día surgen a partir –entre otras cosas- de las erradas maneras de difundir noticias, o de lanzar en crudo informaciones locales que terminan sirviendo a prestarse a que otros competidores sin piedad o intencionalmente las difundan generando daño en nuestro nombre. Plantearnos el efecto veloz de propagación de las noticias debido a las redes sociales, como excusa o como algo nuevo imposible de atajar, comienza a verse como una infantil treta autoinvocada convincentemente para no asumir nuestra desidia o nuestra ingenuidad e inoperancia pues la invasión de la veloz virtualidad ya no es algo nuevo sino que lleva varios años evidenciándose como condimento trascendente de una nueva realidad que vino para quedarse.
En todas partes pueden suceder cosas desagradables o daños no deseados tal cual sucede actualmente: puede haber inseguridad en las calles o en las playas o en los diferentes recorridos turísticos, o puede haber casos de Hanta o algún otro tipo de enfermedad, o incendios huracanes, volcanes e inundaciones, o gente en marchas reclamando, o corrupción política entreverada con millonarios intereses que terminan influyendo en una utilización cuestionable de las fuerzas de seguridad como lo fue en su momento nuestro autoadjudicado caso Maldonado. En muchos lados puede haber reclamos por tierras o desalojos conflictivos, pero ninguno de estos fenómenos ni otros termina por arruinarles sistemáticamente cada temporada como lo hacen con nosotros.
Aquí vienen siendo innumerables los factores que terminan repercutiendo en resultados que espantan al turismo siendo que algunos de ellos se evidencian como llamativos síntomas de nuestra incapacidad para comprender el valor que tiene el turismo como recurso, ya que contribuye a mejorar ingresos de mucha gente que no cuenta con sueldos del Estado, pero que a su vez con sus impuestos de alguna manera banca y sostiene al Estado para que pueda pagar esos sueldos. Cabe destacar –ya que viene al caso mencionarlo- que esta ausencia de conciencia acerca de ello está siendo vista por los emprendedores privados como algo que al menos evidencia una patología del sector público de nuestra sociedad, resultando éste victimario del sector privado y así generando un infartante efecto de pisada de elefante sobre el pecho de cada emprendedor o prestador de servicios privado.
Quizás no sea posible resolverlo fácilmente pero indudablemente que encararlo, pensarlo, masticarlo y digerirlo está en nuestras propias manos.

Entre ambas orillas de la grieta està el bien común

Actualmente en Argentina se viven a diario acaloradas discusiones que -no sin falta de respeto- se llevan adelante en cada familia o en cada encuentro de amigos.

Defender al anterior gobierno puede estar apoyado, a veces, en atacar al actual mas que en argumentos propios o, de otra forma, cuestionar la década ganada o perdida puede estar abonado por certezas de corrupción más que en explicar de donde fue que surgieron aquellos recursos que se pudieron haber socializado, de qué forma se lo hizo o si no se supo aprovechar como hubiese correspondido.

Mientras ello transcurre, la vidriera de la realidad nos demuestra que los pobres siguen sin soluciona sus problemas, que sin importarle al poder, los sectores concentrados de la economía mantienen sus privilegios y pujan por mas dinero en cada pulseada, que los jueces no dan justicia justa ni la dan en tiempo y forma pero mientras, tienen sueldos abundantes cubiertos de manera vitalicia de toda quita y por todo aporte que pudiera corresponderles. Que los demàs funcionarios y senadores y diputados arman sus ingresos a piachere (a gusto de su propio dedo), a costillas del hambre y de necesidades del pueblo sin ceder ni siquiera por la solidaridad que pudiera corresponderles ya que, en definitiva, su labor no fue ni suele ser tan eficiente como para haber logrado mejorar el bienestar de la gente sino al contrario. Pero no señores pues todos sabemos que ellos hacen los mocos y nosotros los pagamos y les retribuimos caros sus honorarios para que nos los hagan comer. Que quienes nos empujan a esa discusión que parece permitir solo el blanco y el negro son ademas quienes van armando la tensión política (la van generando como modo de retroalimentar la necesidad de la existencia de unos y de otros) mientras las consecuencias de sus conductas nos afectan y retrasan a todo el conjunto de la sociedad. Serà necesario -aunque no pareciera que vaya a suceder- que los polìticos se pongan de acuerdo, se calmen un poco y puedan por un tiempo llamarse a silencio para que -además de su propio egocentrismo- a los argentinos puedan sucedernos otras cosas que no pasen presisa y monopolicamente por sus acciones ni sus intentos de acumular más y más poder. En todas estas descripciones hay un factor común que seguramente como hilo conductor nos va transportando en el tiempo. Creo que ese factor esta relacionado a la inmadurez y al egoísmo de estos seres siniestros que actùan como si el pueblo y el paìs les interesara.

Parecería tirado de los pelos (aunque debería ser lo que corresponda) que por ejemplo nuestros funcionarios que integran los tres poderes y los cargos pùblicos, un dia se levanten de sus cómodas posiciones, y acepten (se den cuenta) que sus ingresos deben cotizarse en concordancia razonable con respecto a los ingresos de los demás ciudadanos a quienes dicen representar. Que todos ellos quienes, loca e injustamente por ahora, arbitran y deciden sus propios ingresos a espaldas de la sociedad, hasta tanto la eficiencia de su labor no redunde en bienestar de la ciudadanía, puedan aceptar que las erogaciones que significan sus ingresos puedan ser bien discretas y desde ya mucho más austeros en sus gastos, ya que ellos mismos en gran parte son artìfices de nuestro malestar, son ellos precisamente los extremos que suelen generar la tensión política que debemos fumar el resto.

¿Podràn darse cuenta de ello y podran ademàs considerar que ninguno de ambos bandos (o socios) son el ombligo del mundo y que, además de si mismos, estamos y existimos el resto de los mortales que, bien se nota, no nos sentimos cómodos con nada de lo que producen y menos con la tensión permanente que generan entre una orilla y la otra de la grieta?

Serà necesario entender tambièn, por otra parte, la sociedad en general que además del derecho al reclamo tendrà que saber exigir una pacífica y austeridad política y que por ejemplo en temas como la inflacion deberà participar más activamente por ejemplo no comprando aquellos productos que nos parezca hayan tenido aumentos desmedidos, presionando asi a los formadores de precios para que deban bajarlos o comerselos. Desde la ciudadanìa alguna vez conectar y dejarles en claro a los históricos protagonistas de los extremos -por su modo violento de concebir la política (casi ausente de la conciencia del resto) - que por sus conductas ansiosas de revancha no permiten espacio para la pacificación que trae la obra del tiempo y el diario transcurrir, y así entre todos poniendo algo de si ayudarnos a ir consolidando en paz nuestro Estado de Derecho y nuestra maduraciòn con la mirada puesta quizas en sociedades que a estas alturas de la humanidad ya han aprendido el significado de la frase "el bien comùn"

GENOCIDIO DE NATURALEZA Y BOSQUE NATIVO

LA COMPULSION A LA REPETICION OTRA VEZ AFLORA COMO CRUELDAD EN LA ARGENTINA

Aún hoy -en nuestro país- se está discutiendo si quiènes por mirar para otro lado o por decir "yo no sabía entonces lo que estaba sucediendo" fueron en alguna medida còmplices de la dictadura militar, quedando ello en una parte del pasado que sea como fuere se nos iría de las manos cualquier idea para encontrar consenso.. Pero en este "aqui y ahora" acaban de incendiar -por accion u omision- entre 30 y 50mil has de una provincia argentina y estamos viendo cómo los canales nacionales tanto privados como del Estado no han dado los espacios necesarios para mostrar la proporcion de èsta catàstrofe ni la justa e imperiosa necesidad de investigarla. Podemos inferir de ello (si pretendemos no ser ingenuos) que, de este genocidio de bosques y naturaleza, son (entre otros) "LOS MEDIOS" actuales còmplices y partìcipes necesarios. Como asi tambièn lo està siendo toda la GENTE que se hace la QUE NO PASA NADA o como si esto no estuviera sucediendo. (¿serà la compulsion a la repeticiòn de nuestra sociedad argentina presentandose con una nueva careta? )